“Somos un espacio de coworking con una experiencia de usuario muy clara: hacerle disfrutar”. Así define Romain Le Boulaire, un joven ex trabajador del mundo de las finanzas de París, su local Café Olé Clubworking, el negocio que ha abierto hace apenas tres meses en Madrid.
Se trata de un espacio para el coworking que incorpora la visión de una cafetería. Se alquila el espacio y se paga por el tiempo invertido a cambio de café, zumos y bollería ilimitada. Pero no sólo. “Ofrecemos una experiencia única, de intercambio cultural, posibilidad de networking, de conocer clientes, emprendedores y jóvenes de todas las nacionalidades” sigue explicando el joven empresario, que se decantó por Madrid tras sopesar París o Buenos Aires, por su “dinamismo y apertura” para los negocios.

A juzgar por el perfil del público que asiste a este espacio, ha acertado el tiro. Estudiantes, nómadas digitales y pequeños emprendedores aportan una mezcolanza de acentos en un local que combina las salas privadas con un espacio común, asemejándose al carácter cada vez más intercultural que ofrece la Comunidad de Madrid.
La empresa arrancó el pasado septiembre, aunque el local de Chamberí no abrió al público hasta marzo. Seis meses de retraso que no han conseguido mermar el optimismo con el que Romain afronta el futuro: ha contratado su primera empleada y sueña con abrir nuevos locales, primero en Madrid, y después, en otras localidades españolas.

Café Olé, un juego fonético con el francés Café Au Lait -café con leche- se ubica en el número 3 de la calle Fernández de los Ríos de Madrid. Un local limpio y diáfano que, además de acoger empresas o cualquier persona que necesite un ambiente de trabajo y un buen café, aloja eventos de empresas, charlas y encuentros entre emprendedores.
Emprendedores como el propio Romain, que con apenas 30 años ha decidido dar un vuelco a su vida, abandonar un trabajo seguro y emprender una nueva vida en Madrid, donde ha creado un pequeño microclima de interculturalidad en uno de los barrios más castizos de la capital.
