La infraestructura avanzada de la Comunidad de Madrid, la calidad del talento local y su ubicación estratégica han convertido la región en un imán tanto para grandes farmacéuticas como para startups innovadoras.
Un claro ejemplo es Eli Lilly, que anunció este febrero una inversión de 50 millones de dólares para ampliar su planta en Alcobendas. Parte de esa inversión se destinará a la instalación de dos nuevas líneas de envasado —sumando un total de cinco— que permitirán preparar el lanzamiento de orforglipron, su prometedor tratamiento contra la obesidad, previsto para 2026.
Actualmente, esta planta ya produce Mounjaro, una de las terapias estrella de la compañía. Lilly está presente en España desde 1963, y su filial española es la única fuera de Estados Unidos que gestiona toda la cadena de valor del medicamento. Con más de
1.000 empleados, el centro de Alcobendas integra planta de producción, laboratorios de I+D y la sede de la Fundación Lilly, exportando a 125 países y destacando el papel clave de la región en su estrategia global.
También Pfizer refuerza su presencia en Madrid. El año pasado anunció una inversión de 100 millones de euros para crear un nuevo espacio de producción aséptica en su planta de San Sebastián de los Reyes, única en el mundo que suministra tratamientos para la hemofilia A y B a más de 70 países.
El talento local no solo atrae inversión: también genera innovación. Overture Life, startup fundada en Madrid en 2017, trasladó su sede a EE.UU. pero mantiene su I+D en la capital. Hace apenas un mes anunció una ronda estratégica de 20,6 millones de dólares liderada por inversores estadounidenses para seguir desarrollando soluciones tecnológicas relacionadas con la fecundación in vitro.
La región también alberga instituciones científicas de primer nivel como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el Instituto de Salud Carlos III, el
CSIC, el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, el Centro Nacional de
Biotecnología y, próximamente, el Centro Nacional de Neurotecnología que con una inversión de 200 millones de euros y se convertirá en uno de los cinco centros del mundo especializados en desarrollar tecnologías basadas en los fundamentos del cerebro humano.
Además de su excelencia científica, Madrid cuenta con una sólida red logística y sanitaria, un marco fiscal competitivo y alta seguridad jurídica.
Todo ello la posiciona como un entorno idóneo para la realización de ensayos clínicos, la producción avanzada y el crecimiento tanto de grandes farmacéuticas como de startups biotecnológicas con proyección internacional.